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¿EXISTEN LOS ALIMENTOS BUENOS Y MALOS?

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Lo fácil seria dar una respuesta polarizada de SI o NO. Sin embargo, los alimentos o los nutrientes no son propiamente buenos o malos para la salud.

La idea de que algunos alimentos son “buenos”, mientras que otros son “malos” se ha convertido en una creencia aceptada desde el punto de vista de la salud y la nutrición en la sociedad. Pero ¿qué significa hablar de que un alimento es bueno o malo?

Etiquetar a un alimento como bueno o malo parece estar justificado sobre la base de la calidad nutricional de ese alimento en particular y/o de cómo los ingredientes de ese alimento pueden contribuir o afectar a la salud de una persona. Aunque a primera vista esto puede tener sentido, hay cuestiones importantes que hay que tocar:

  • En primer lugar, la bibliografía sobre el impacto en la salud de cualquier alimento o nutriente de forma individual es extremadamente limitada. La mayor parte de la información sobre la relación de los alimentos de forma individual con la salud proviene de estudios que analizan las dietas y la incidencia de enfermedades en grandes poblaciones durante largos períodos de tiempo. Extrapolar estos datos al efecto de alimentos específicos/únicos en las personas puede ser una ciencia extremadamente inexacta en el mejor de los casos
  • En segundo lugar, los datos experimentales reales sobre alimentos específicos a menudo son a partir de estudios en animales, que se les da de comer estos alimentos en cantidades mucho más altas que lo que se considera un consumo “normal” para los seres humanos. Una vez más, es probable que sea cuestionable extrapolar los resultados de dichos estudios a los seres humanos
  • Por último, no hay que perder de vista que la investigación y la interpretación de los datos sobre cómo los alimentos, o los componentes específicos de los alimentos, se relacionan con nuestra salud está cambiando, actualizándose y/o evolucionando.

¿Recuerdas cuando todas las grasas se consideraban malas en los años 80?

Al principio todas eran malas, luego pasaron a ser las malas solo las grasas saturadas y posteriormente solo algunas grasas saturadas. Hoy en día parece que solo son “malas” las grasas trans.

Los carbohidratos, en aquel entonces, eran los buenos y se supone que teníamos que comerlos en lugar de las grasas “malas”. Más adelante pasaron a ser los malos, pero ahora, solo unos años después, no son tan malos, solo algunos; los azucares. Pero resulta que algunos azúcares son mejores que otros; la sacarosa no es tan mala como la fructosa, y así sucesivamente…

Contexto

Si un alimento mejora o empeora la salud de una persona siempre es relativo; es decir, la salubridad o insalubridad de un alimento específico no se puede determinar sin considerar el contexto de cuándo, cómo y por qué se consume ese alimento.

Por ejemplo, una pizza o un pastel pueden etiquetarse como poco saludables cuando se toman en el contexto de una persona metabólicamente poco saludable, con resistencia a la insulina y síndrome metabólico porque es probable que no obtengan ningún beneficio de este tipo de alimentos. Sin embargo, si estos mismos alimentos se proporcionan a una persona desnutrida cuyo apetito es muy bajo, estos alimentos pueden ser excelentes opciones, especialmente porque son densos en energía y muy sabrosos.

Desafortunadamente, comer “alimentos saludables o buenos” se ha convertido casi en una religión. De hecho, se habla regularmente de los alimentos en términos morales… Voy a poner un ejemplo: cuántas veces has visto que hay empresas que comercializan “pizza baja en grasa y alta en proteína” como si fuera una pizza “sin culpa” (ejemplo)

Te dejo un artículo para que mi mismo valores cuanto de perjudicial es el alcohol en tu caso (ARTICULO)

Aspecto psicológico

Es importante reflexionar sobre el aspecto psicológico de otorgar un valor ético a los alimentos, porque esto también influye en la culpa cuando se consumen alimentos “malos”, lo que afecta a la capacidad de la persona para disfrutar de los alimentos en el contexto de la moderación y el equilibrio.

La mayoría de las veces, un pequeño bocado de comida “mala” puede convertirse en un completo atracón, solo porque se pone una etiqueta de bueno o malo a los alimentos, no habiendo lugar para los grises.

Por lo tanto, consumir cualquiera de los alimentos “malos” tiene más probabilidades de desencadenar una respuesta de todo o nada. Este tipo de mensajes tienden a conducir a la restricción, y la restricción alimentaria a menudo puede convertirse en un signo de desorden alimenticio.

Consumo excesivo

El consumo excesivo de cualquier alimento individual probablemente no sea saludable a largo plazo. Esto ciertamente no hace que ninguno de estos alimentos sea propiamente malo. Casi cualquier cosa llevada al extremo puede ser peligrosa. Si bien el oxígeno es absolutamente esencial para la supervivencia humana, respirar aire con demasiado oxígeno puede ser muy fatal

Nadie discute sobre los beneficios de comer frutas y verduras, pero comer solo frutas y verduras hace que la dieta sea aburrida y poco saludable (irónicamente, investigaciones recientes indican que las personas que siguen dietas veganas pueden tener un mayor riesgo de enfermedades cardíacas debido a la disminución de las concentraciones de vitamina B12 y los niveles elevados de homocisteína, lógicamente, esto es parcheable con el consumo de complementos de vitamina B12)

Resumen

Es importante llevar una alimentación que no esté adheridas a etiquetas y que, en su lugar, se centre en la sostenibilidad.

No hay alimentos buenos o malos. Unos alimentos tienen más calorías que otros y otros tienen menos. Otros tienen más azúcar y otros tienen menos. Algunos tienen más grasa y otros tienen menos. Ninguno de estos hace que los alimentos sean inherentemente buenos o malos, sino que deben considerarse en el contexto de la ingesta de todo el día y de los requerimientos energéticos de la persona.

Referirse a los alimentos como buenos o malos no está realmente justificado por la literatura y solo contribuye a una relación poco saludable con los alimentos. Hay muchos alimentos diferentes, con diferentes texturas, colores, olores, sabores y composición nutricional. La conclusión es que realmente no hay alimentos malos, con la posible excepción de las cosas verdes (mohos) que podemos encontrar creciendo en algunos alimentos por no conservarlos correctamente, y, aun así, no debemos olvidar que la penicilina se descubrió de casualidad gracias a estas cosas “verdes”.

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Referencias

  • Ambika Satija, et al. Understanding Nutritional Epidemiology and Its Role in Policy, Advances in Nutrition, Volume 6, Issue 1, January 2015, Pages 5–18
  • Ballatyne, Coco. Strange, but true: Drinking too much water can kill. Scientific American. June 21, 2007. 3 August, 2013.
  • Byers T. The role of epidemiology in developing nutritional recommendations: past, present, and future. American Journal of Clinical Nutrition 1999;69(suppl):1340S-8S.
  • Hauser, Annie. Are anti-“obesity” programs causing eating disorders?. Everyday Health. January 27, 2012. 3 August 2013.
  • Herrmann W, et al. Vitamin B-12 status, particularly holotranscobalamin II and methylmalonic acid concentrations and hyperhomocysteinemia in vegetarians. American Journal of Clinical Nutrition 2003;78(1):131-136.
  • Nutritional Epidemiology.Section of Nutrients (ISSN 2072-6643).

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