Antes de leer esta tercera parte, te aconsejo que leas la:
Mecanismos ocultos y estudios de intervención
Melatonina
Una característica subestimada de la melatonina es su interacción con la insulina. La alimentación en los seres humanos ocurre (o debería ocurrir) durante la fase de luz, cuando los niveles de melatonina son bajos.
Cuando la melatonina se eleva durante la noche biológica, la sensibilidad a la insulina se ve afectada y la secreción de insulina aumenta. En un estudio de intervención diseñado para replicar los efectos de la vigilia temprana en la mañana. Se vio como la tolerancia a la glucosa se vio deteriorada por melatonina en respuesta a una comida 1 hora después de despertar en sujetos que dormian 5 horas frente a sujetos que dormian 9 horas. La respuesta exagerada de células beta pancreáticas a sintetizar insulina y la resistencia a esta debido a la ingestión de nutrientes durante la noche biológica pueden explicar por qué el aumento del riesgo cardiometabólico se ve reflejado en personas con patrones de trabajo por turnos independientemente de la ingesta total de calorías.
Otro elemento subestimado es el papel que desempeña el período postprandial en la salud metabólica. Las enfermedades cardiovasculares se han descrito durante mucho tiempo como un “fenómeno postprandial”, una frase que refleja que los mecanismos de la aterosclerosis están profundamente influenciados por lo bien que alguien procesa la grasa dietética y los ácidos grasos circulantes en este período.
Acidos grasos no esterificados
Los ácidos grasos no esterificados (AGNE) circulantes muestran una variación circadiana con un pico por la noche, un aumento que se produce independientemente de la ingesta de alimentos. Los aumentos de AGNE están fuertemente implicados en la resistencia a la insulina hepática (Fatty Liver), la hiperglucemia y la hipertrigliceridemia (una agrupación de factores de riesgo cardiometabólicos). Esto se agrava por la lipemia postprandial de comer tarde en la noche.
Imagen 1: representación de como ocasionan un hígado graso, los factores que componen el síndrome metabólico.
El limitado numero de estudios de intervención humana que hay hasta la fecha indica que esta sincronía entre el reloj circadiano central y los tejidos periféricos, regulada por la luz y el tiempo de las comidas, respectivamente, confiere ventajas adicionales para la salud metabólica.
Impacto de la luz
Danilenko et al. investigaron los efectos de la terapia de luz brillante de la mañana en un programa de pérdida de peso en mujeres con sobrepeso; la investigación utilizó una luz iónica desactivada como placebo. Durante las 3 semanas de la intervención, la terapia de luz resultó en una reducción significativa de la masa grasa y el porcentaje de grasa corporal, y una reducción del apetito.
En otro ensayo que expuso a los sujetos a 6 horas/dia de exposición a luz azul, divididas en dos sesiones de 3 horas, los marcadores de resistencia a la insulina aumentaron, lo que sugiere que la exposición crónica a la luz azul de onda corta puede afectar la regulación de la glucosa y alterar la función metabólica. Esto también se ha visto con datos de modelos animales en los que la exposición continua a la luz artificial aumenta los marcadores de resistencia a la insulina.
Apetito
En lo que respecta al apetito, existe evidencia sobre la reducción de este, debido a la exposición a la luz, en un ensayo diseñado para replicar una restricción en el sueño (5 horas de sueño), se usaron a la ghrelina y a la leptina como marcadores fisiológicos del apetito.
Un aumento del apetito es producido por el aumento de la grelina y la reducción de los niveles de leptina (“versión reducida”), concretamente en muchos estudios se ha visto que una restricción del sueño ocasiona dichos efectos. En el estudio se vio que la exposición a la luz azul por la mañana mitigó estas respuestas hormonales llevando a un aumento de la leptina circulante; lo que no significa necesariamente una disminución del apetito, ya que la resistencia a la leptina es otro de los muchos factores que se describen en la obesidad.
Este es un campo de investigación naciente que, tomado en su conjunto, estos estudios muestran que:
- Las respuestas fisiológicas a las señales de luz parecen ser bastante pronunciadas en los seres humanos.
- La terapia de luz azul matutina puede ser una nueva intervención para ayudar con la regulación del hambre/apetito y promover la excitación fisiológica (habrá que indagar mas en este campo pero los datos parecen prometedores a nivel de estabilizar las fases circadianas)
- La iluminación nocturna extendida es un factor de riesgo ambiental para la obesidad al ampliar las oportunidades de comer y causar una regulación circadiana desincronizada del metabolismo.
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